El internet viejo (parte II)
Éste escrito es la continuación de El internet viejo (parte I)
Siendo así, las personas que surfeaban la web (léase frase arcaica) tenían que realmente buscar por tiempos muy largos contenidos interesantes. La información no se desbordaba como sucede en estos tiempos de inmediatez y redes sociales. Esto era malo y bueno. Malo porque como lo mencioné, se tenían que pasar horas usando el internet para poder encontrar contenidos interesantes. Por ejemplo, los más jóvenes no experimentaron (afortunadamente) el ver que alguna canción iba a tardar 200 días en bajarse (no duraba eso, pero sí podían ser un par de horas fácilmente). Esto podía llegar a ser un poco frustrante.
Por otro lado, era bueno porque los usuarios de internet se convertían de cierta forma en curadores de contenidos (lo que sea que eso signifique). Y en general, era más fácil discernir entre contenidos de calidad y los que no lo eran. También era generalmente fácil ver la diferencia entre contenidos profesionales y los amateur o personales (siendo estos mayormente blogs). En la actualidad esto es más difícil de discernir. Por ejemplo, todas las publicaciones en Twitter (hoy X) o Facebook se ven de manera uniforme, lo cual puede hacer creer a algunas personas que todas sean igual de creíbles o verificadas. Esto se refiere a redes que son basadas en texto mayormente. Sin embargo, el poder de otras redes que se basan en video como Tik Tok o YouTube es inmenso o tal vez mayor hoy en día.
En consecuencia, hoy en día no es necesario buscar información. La información te encuentra y a veces bombardea (léase notificaciones en el teléfono inteligente). Es difícil no estar sobre-informadx (lo que sea que eso signifique), y al mismo tiempo más proclive a información falsa.