Problemas de primer mundo
En agosto de este año (2023) hubo varios artículos donde se comentaba como el botón para colgar de los iPhones había cambiado de lugar–otra vez. Se lo que están pensando: esto es horrible, ¿cómo se atreven los de Apple? O ya hablando en serio, ¿como por qué es eso noticia, o porque vale la pena comentarlo o darle atención? Si no lo vieron, aquí un link de lo que hablo.
Sin duda, vivimos en un tiempo privilegiado. Los avances tecnológicos de los últimos cincuenta años han sido mayores que los de los últimos dos siglos o más. En específico, el teléfono inteligente ha cambiado la forma de vivir de la mayoría de las personas. Al mismo tiempo, este mundo es uno muy desigual–no sé si más que antes–en el que unos pocos acumulan mucha riqueza y muchos más viven en pobreza extrema. A pesar de la percepción de que todo mundo tiene un teléfono inteligente, este no es el caso. Por ejemplo, en México el 61.5% (6 de cada 10) de la población tiene un teléfono inteligente. Siendo que es la mayoría de la población, aún hay un segmento importante de la población que no tiene teléfono inteligente. Así que si lo tienes, reconoce que probablemente perteneces de alguna manera a alguna forma de clase media, y que eres de cierta manera privilegiado.
Existen los que son llamados problemas de primer mundo. Como lo sugiere el nombre, se refiere a problemas que mayormente ocurren en países del primer mundo o aquellos más o menos desarrollados. Sin embargo, creo que estos también pueden ser de cierta manera problemas de la modernidad, porque ocurren de manera frecuente en países que necesariamente no serían considerados de primer mundo o desarrollados (como México, por ejemplo).
¿Cuáles son algunos de estos problemas? Está el ejemplo del cambio del botón para colgar del iPhone. También está el hecho de que no haya alguna red de wifi disponible en el lugar donde estemos. O que si haya, pero que la red esté muy lenta. O que se hayan terminado los datos de tu teléfono o que la conexión de datos esté muy lenta. Que se caiga el internet de tu casa, trabajo o escuela. O que el Uber Eats (u otra plataforma de entrega) haya tardado mucho en entregar tu orden de comida, o que te haya entregado una orden equivocada. Que se tarde mucho el Uber (o de cualquier otra plataforma) que te llevará a tu destino. O que se descomponga nuestro automóvil. O que te hayan regalado algo que no te gusta en el intercambio del trabajo o familiar. O que se haya retrasado el pago de tu aguinaldo o cualquier pago que estés esperando. Que tu teléfono no tenga señal. O que se esté terminado la batería de tu teléfono y no traigas cargador o no haya lugar para conectarlo. Que te haya tocado hasta atrás en el concierto. Tener que ver comerciales en la televisión abierta (¿qué es eso?). O que se retrase o cancele tu vuelo (no importa cuando leas esto).
Esas dificultades contrastan con las de personas desempleadas (y que quieren trabajar), familias completas que no tienen que comer, personas que no tienen un techo donde vivir y terminan viviendo en la calle. Personas que tienen que dejar sus lugares de origen y viajar (mayormente a pie) miles de kilómetros buscando mejores oportunidades. Familiares de personas que han sido desaparecidas y/o asesinadas.
No se si esto amerite dar gracias a algo o alguien (lo que sea que eso signifique), pero mínimo si reflexionar sobre lo afortunados que podemos ser en ciertos momentos y recordar que las cosas siempre pueden estar peor.